Recientemente acudí a un seminario con algunos otros colegas que se reúnen para recordarse mutuamente por qué estamos en servicio y quiénes somos. Cada mes, elegimos un tema a discutir. El tema de esta vez era la AMISTAD.
Un amigo verdadero es quien tiene:
- Tendencia a desear lo mejor para el otro
- Siente simpatía y empatía
- Es honesto, tal vez en situaciones en las que puede ser difícil para otros decir la verdad, especialmente en términos de señalar las faltas percibidas de la contraparte
- Comprensión y compasión mutua; capacidad para buscar y brindar apoyo emocional
- Disfruta de la compañía del otro
- Confía uno en el otro
- La relación se basa en igualdad de oportunidades entre las dos partes.
- Tiene capacidad de ser el mismo, expresar sus propios sentimientos y cometer errores sin temor al juicio.
Beneficios para la salud de la amistad
Los humanos siempre hemos confiado en la amistad. Nunca habríamos salido de la Edad de Piedra sin cooperación y compañerismo. Hoy en día, es posible que no necesitamos nuestro círculo inmediato para ayudarnos a buscar comida o defendernos de los depredadores, pero los amigos pueden seguir siendo absolutos salvadores de vida. Muchos estudios han encontrado que las personas que generalmente viven vidas más largas, felices y saludables tienen una fuerte red de apoyo de amigos y familiares.
En el otro lado de la moneda, la soledad puede ser mala para la salud de una persona. Un estudio de más de 28.000 hombres publicado en 2002 encontró que aquellos sin fuertes lazos sociales eran casi un 20 por ciento más propensos a morir dentro de 10 años, independientemente de su salud u ocupación.
Pero las amistades no siempre son simples y sencillas tonificaciones para la salud. Cada vez que dos personas están involucradas en una relación a largo plazo, las cosas se van a complicar. Todos sabemos que algunas amistades pueden ser estresantes e incluso destructivas, y algunas personas parecen necesitar amigos más que otras. A medida que los científicos siguen estudiando los entresijos de la amistad, el resto de nosotros se enfrentan a un desafío diferente: construir y mantener el tipo de conexiones que realmente nos hacen la vida mejor.
La amistad y el corazón
Las buenas amistades parecen ser especialmente útiles para el corazón. Un estudio sueco con más 13.600 hombres y mujeres encontró que tener pocos o ningún amigo cercanos aumentó el riesgo de tener un ataque del corazón por cerca del 50 por ciento. Un estudio con 500 mujeres con sospecha de enfermedad coronaria mostró resultados similares. Las mujeres que informaron los niveles más bajos de apoyo social tenían el doble de probabilidades de morir durante el estudio. Las mujeres que disfrutaban de apoyo cercano no sólo eran más propensas a estar vivas después de dos años, también tenían tasas más bajas de presión arterial alta y diabetes y eran menos propensas a tener grasa abdominal excesiva.
¿Cómo logran las amistades afectar el corazón? Las amistades y otros tipos de apoyo social pueden ayudar a aliviar el estrés, un conocido contribuyente a las enfermedades del corazón. Entre otras cosas, el estrés puede fomentar la inflamación en las arterias, un primer paso hacia la aterosclerosis (arterias obstruidas). El vínculo entre los lazos sociales y la inflamación parece ser especialmente marcado en las personas mayores.
Cuando el estrés aparece, los amigos pueden fomentar reacciones saludables. Las personas que carecen de apoyo social fuerte tienden a tener reacciones dramáticas y potencialmente peligrosas a situaciones de miedo o preocupantes. Su corazón late y su presión arterial se eleva. Pero los amigos pueden ayudar a mantener el corazón en un estado más uniforme.
Finalmente, las amistades pueden ayudar a fomentar un estilo de vida saludable para el corazón. En un estudio de Current Opinion in Psychiatry en 2008, las personas tienen más probabilidades de comer frutas y verduras, hacer ejercicio regularmente y dejar de fumar con éxito si tienen una red de amigos y familiares.
Buenas y malas amistades
Piensa en tus amigos de hoy y en las personas que has conocido en el pasado. Algunos de ellos podrían levantar con confianza tu estado de ánimo y aliviar tus problemas, pero otros pueden haber tenido un don para hacer que te sientas peor. Claramente, no todos los tipos de amistad son buenos para tu salud. Un estudio de 2008 publicado en Hormonas y Comportamiento encontró que los amigos que hablan excesivamente acerca de los problemas pueden aumentar los niveles de estrés de la otra persona. Y mientras que las amistades generalmente nos ayudan a hacer opciones de estilo de vida saludable, algunas amistades tienen el efecto opuesto.
Referencias: